El yoga siempre ha sido utilizado como una herramienta de sanación para distintos malestares ya sean físicos, emocionales o psíquicos. Tradicionalmente el yoga siempre fue transmitido y enseñado de manera individual, en una relación maestro – alumno. En esta relación el maestro iba transmitiendo las distintas enseñanzas y herramientas de manera progresiva y adaptada al alumno para que este vaya avanzando en su camino espiritual.
El yoga terapéutico se basa en este tipo de enseñanza siendo un proceso de yoga individual y personalizado, ajustando las herramientas del yoga al alumno y no en sentido contrario. No pretende sustituir tratamientos médicos o psicoterapias sino ser un complemento y un acompañamiento terapéutico.
El proceso de yogaterapia posee las siguientes características:
1. Empodera al alumno. Es el alumno quien realiza la práctica de manera diaria y despierta el poder de sanación que todos tenemos dentro.
2. Holístico. Trabaja en los distintos niveles del ser humano; a nivel físico, energético, emocional y psicológico. Toma en cuenta que cada dimensión afecta a la otra por lo que se entiende a la enfermedad de manera holística y se proponen herramientas que trabajan en todos los niveles como las posturas de yoga (efecto muscular, respiratorio, energético, emocional).
3. Individualizado. Se adapta a las características personales de cada alumno. Ya sean características corporales, hábitos posturales, estado anímico, constitución, historia personal, experiencias pasadas.
4. No-invasivo. Se basa en intervenciones externas a contrario de la medicina occidental. Se utilizan los propios recursos de la persona; su cuerpo, mente, voz para que este se vuelva independiente y pueda aprovechar los propios recursos del cuerpo.
5. Evoluciona. Es un proceso cambiante y en evolución. La práctica va cambiando según los aprendizajes, objetivos, necesidades y circunstancias vitales del alumno. El alumno también evoluciona en cuanto a su potencial. La salud no solo es la falta de enfermedad sino también el poder desarrollar nuestro potencial, encontrar nuestro propósito y brillar en el mundo.
Para iniciar el proceso hacia la salud, el alumno debe reconocer y aceptar los síntomas y la enfermedad, que pueden estar en distintos niveles del cuerpo: la estructura física, el sistema energético, el intelecto, las características personales, los rasgos de personalidad y hábitos de comportamiento, y las emociones o dimensión espiritual.
Por esto, la práctica de yoga diseñada para promover la salud debe integrar las distintas dimensiones de la persona eligiendo de la amplia variedad de herramientas que nos brinda esta disciplina: posturas, respiración, visualización, cantos, atención, gestos, auto-conocimiento, meditación, mudras, bandhas, hábitos y estilo de vida.
Estas herramientas deben ser utilizadas con la intención y dirección adecuadas, adaptadas a cada persona tomando en cuenta su constitución, el momento de la práctica, su edad, trabajo, actividades diarias y su capacidad física, energética y mental.
Si tienes preguntas o dudas sobre el proceso ponte en contacto conmigo para conversar.